jueves, 10 de junio de 2010

Dieci.

Aquí puedes robar sueños de todo tipo, sueños que, no obstante no mueren. Miedos, esperanzas, ilusiones, libertad. Los sueños no cuestan nada y nadie puede reprimirlos.

Nove.

- Chissst... deja que hable tu corazón. -Se le acerca. Apoya su mano sobre el corazón de él. Después la oreja. Y se pone a escuchar. Y aquel corazón emocionado late con fuerza. Y ella sonríe-. Puedo oírlo. -Y se aparta de su pecho. Lo mira a los ojos y sonríe en la penumbra de la terraza.
-Dice que no...
-¿Que no a qué?
-A que entre tú y yo las cosas no son complicadas. Son simples.
-Ah, ¿sí?
-Sí. Y luego le he preguntado: «¿Qué hago, lo beso?»
-¿Y qué te ha dicho?
-Me ha dicho que tú no lo pones fácil, pero que también eso es simple...

Otto.

Si puedo decir a otra persona “te amo”, debo estar en condiciones de decir “amo a todo el mundo en ti, amo al mundo a través de ti, en ti también me amo a mí mismo”.

Sette.

Sonríe. Alegría y dolor. No hay nada que hacer. El amor que la llevó hasta las estrellas es el mismo que lo hizo caer. Qué bonito. Y qué feo. Pero yo volví a levantarme. Estoy a punto de partir de nuevo. Lo conseguí.

Sei.

El amor tal como lo querría ella y como ya no lo tiene. O quizá como no lo ha tenido nunca. Porque el amor no es y no puede ser simple afecto. No se trata de costumbres o de amabilidad. El amor es locura, es el corazón que late a dos mil por hora, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de despertarse por la mañana sólo para mirarse a los ojos. El amor es ese grito que ahora la llama y le hace comprender que es hora de cambiar. Él. Recuerda momentos pasado en su compañía, las cosas que siempre le dice, su rostro. Pero no sabemos hablar. No estamos hechos el uno para el otro. Una lágrima desciende cálida por su mejilla y cae sobre sus piernas libres y desnudas. A lo mejor esa muchacha sentada en su escritorio, en una noche de finales de primavera, quieta ante un portátil encontrado por casualidad, iluminada apenas por una lámpara de Ikea, todavía no sepa lo que es el amor. Pero seguro que ahora sabe lo que no es.

Cinque.

Allí donde no llega la luz de la luna. Abrazados, enamorados, enroscados como hiedras amorosas que plantan cara al tiempo, a los días, a todo aquello que se llevará el viento.

Quattro.

A veces dos semanas pasan de prisa. A veces parece que no pasen nunca. Ésta es una de esas veces.

Tre.

Lo que pasa es que tú a lo mejor tienes muchas expectativas. Piensas que durará, y en cambio yo no sé lo que ocurrirá. Nadie puede saberlo. Y justo por eso quiero poder sentirme tranquilo con todas mis elecciones, sin hipotecar nada. No quisiera tener, aunque se trate de una historia simple y bella, responsabilidades.

Due.

- Demasiado complicado. A la gente le gustan las cosas simples.
- Es verdad, a mí también. Y tú me pareces tan simple...
- Eso me suena a ofensa.
- ¿Por qué? Simple. Simple de ánimo.
- Pero a veces las cosas simples con las más difíciles de alcanzar.
- No te hagas el complicado. ¡En serio! Juntos podemos conseguirlo... Además, está bien claro lo que tú deseas. Las cosas que quieres. Se ven, se lees, y aunque no las hubiese comprendido, al final me las ha sugerido tu corazón.

Uno.

Es verdad que estoy mal, que no consigo estudiar, pero a lo mejor apruebo. Quiero conseguirlo. En cambio me gustaría saber cuando vas a madurar tú.